Cuando te conviertes en profe, probablemente sueñas con ser ese profesor o profesora que marca la diferencia en la vida de tu alumnado, pero ¿qué sucede cuando en el aula nos encontramos con un alumno o alumna con altas capacidades y no sabemos detectarlo? El talento de estos niños/as a menudo pasa desapercibido, y esto puede limitar su desarrollo o incluso pueden ser etiquetados/as erróneamente como “problemáticos/as” o “desinteresados/as” si no reciben la atención que necesitan. ¿Te gustaría ser capaz de responder adecuadamente ante un caso de altas capacidades?
Si estás leyendo este blog, es probable que en alguna ocasión te hayas planteado la posibilidad de que uno/a de tus alumnos o alumnas tenga altas capacidades. Es normal que sientas que no cuentas con las herramientas necesarias para identificarlas y, aún más, que no sepas cómo actuar para desarrollar el verdadero su verdadero potencial.
Recientemente, un informe de Noticias Cuatro reveló que cerca del 90% de los niños y niñas con altas capacidades en España no se le realiza un diagnóstico. Además, hace referencia a que el 90% de este alumnado no estaría diagnosticado debido a que cada comunidad autónoma hace sus propias pruebas, lo que se traduce en que una persona puede tener altas capacidades en una comunidad y no en otra.
Esta situación nos lleva a reflexionar sobre cómo funciona el sistema educativo y qué podemos hacer como profes.
¿Qué son las altas capacidades?
Las altas capacidades intelectuales implican la presencia de un potencial elevado en uno o más ámbitos del desempeño en comparación con un grupo de referencia.
Estos niños y niñas poseen una capacidad excepcional para aprender y razonar, lo que les permite adquirir conocimientos de manera más rápida y profunda. Además, suelen mostrar un gran interés por explorar temas complejos y plantear preguntas desafiantes que pueden desconcertar a quienes les rodean. Su pensamiento crítico y su habilidad para establecer conexiones entre conceptos aparentemente dispares les otorgan una ventaja en la resolución de problemas.
También es común que muestren una notable creatividad e inventiva, buscando constantemente nuevas formas de abordar tareas y desafíos. Su curiosidad intelectual los impulsa a profundizar en sus áreas de interés, desarrollando habilidades que a menudo los sitúan en el 10% superior en comparación con sus pares.
En este vídeo, Bea Sánchez explica qué son las altas capacidades comparando el cerebro con una metáfora de una biblioteca.
Las personas con altas capacidades intelectuales (AACC) tienen una característica común y es su rapidez para adquirir conocimientos y su constante curiosidad por profundizar en los temas que les interesan, utilizando diversas estrategias de aprendizaje. Pero algunas personas pueden destacar por su excelente rendimiento académico, mientras que otras pueden mostrar conductas disruptivas. Existe también un tercer grupo que prefiere ocultar sus habilidades por temor a ser diferentes o no encajar.
¿Las AACC están asociadas a un alto rendimiento escolar? La respuesta es no y es un error bastante común creer que sí. Lo cierto es que puede pasar que un niño o niña con estas características no logre destacar por diversas razones, como el aburrimiento o la desconexión del contenido escolar, o por la presencia de una doble excepcionalidad. La falta de estímulos continuos puede ser muy frustrante para estos/as estudiantes, ya que su deseo de aprender es intenso, y esta situación puede llevarlos/as a perder interés en la escuela e incluso a tener un bajo rendimiento académico o fracasar.
Esto dificulta su adecuada identificación y, en consecuencia, hace que no reciban el apoyo necesario para maximizar su potencial.
¿Cómo podemos identificar a un/a niño/a con altas capacidades?
No todos/as tienen las mismas características, pero sí existen rasgos comunes que pueden ayudar a su identificación.
En este vídeo se muestran más rasgos y formas de identificar las AA.CC:
¿Cómo es el protocolo de actuación una vez identificas un posible caso de altas capacidades?
1º Identificación Inicial: El proceso comienza con una observación atenta, donde identificas características o comportamientos en tu alumnado que sugieren la presencia de altas capacidades intelectuales. Debes registrar ejemplos concretos de la conducta del alumno o alumna, así como su desempeño académico, para tener un panorama claro de su situación. Estos registros te ayudarán a fundamentar la necesidad de una evaluación más formal.
2º Solicitud de Evaluación Psicopedagógica: Una vez que has recopilado las observaciones iniciales, debes formalizar la solicitud de evaluación psicopedagógica a la dirección del centro. En esta solicitud, es importante que incluyas una descripción detallada de las observaciones realizadas, así como la justificación de la necesidad de una evaluación más exhaustiva. Esta solicitud es un documento formal que presentas en un contexto educativo para solicitar la evaluación de un/a estudiante con el fin de identificar sus necesidades educativas específicas. Puedes iniciarla tú, como docente, o puede ser solicitada por orientadores o tutores, en situaciones donde sospechas que un alumno o una alumna podría tener dificultades de aprendizaje, necesidades educativas especiales, o que, en el contexto de altas capacidades, podría beneficiarse de un enfoque educativo diferenciado. La solicitud debe incluir una justificación clara, detalles sobre el estudiante, observaciones preliminares y el objetivo de la evaluación. Se dirige a un equipo de orientación psicopedagógica que revisa la información y realiza evaluaciones, como pruebas estandarizadas y entrevistas. El objetivo final es obtener un perfil integral del niño o la niña para diseñar intervenciones y apoyos adecuados.
3º Recolección de Información de la Familia y el Profesorado: El siguiente paso implica que recopiles información adicional a través de cuestionarios que se envían a la familia y al profesorado. Aquí, tú y el orientador o la orientadora debéis analizar las respuestas y obtener una visión integral del alumno o alumna. Además, en esta fase se llevan a cabo reuniones con el equipo docente para discutir las observaciones y facilitar un intercambio de información que ayude a clarificar su perfil. Este enfoque colaborativo asegura que se recojan diferentes perspectivas sobre el comportamiento y las capacidades de dicho/a alumno/a.
4º Análisis de Datos y Confirmación de Indicadores: Tras la recopilación de información, el orientador o la orientadora analizan los datos obtenidos para identificar indicios claros de altas capacidades intelectuales. Este análisis se incluye la comparación de los resultados de los cuestionarios con tus observaciones realizadas en el aula y en el hogar. En este punto, debes establecer un diálogo con la familia y el profesorado para confirmar las sospechas iniciales. Si se determina que existen indicios suficientes, se procede a la evaluación psicopedagógica formal del alumno o la alumna.
5º Evaluación Psicopedagógica del Estudiante: La evaluación psicopedagógica se lleva a cabo mediante un enfoque integral que incluye diversas metodologías. Aquí la persona orientadora del centro aplica pruebas estandarizadas, realiza entrevistas con el alumno o alumna y observa su comportamiento en el aula. Además, lleva a cabo un análisis de los trabajos escolares para evaluar la calidad y profundidad del aprendizaje. Este proceso exhaustivo busca identificar sus fortalezas y debilidades, así como sus necesidades específicas de apoyo educativo. Al final de esta evaluación, se espera tener un perfil claro que te ayude a informar las decisiones educativas.
6º Emisión del Informe Psicopedagógico: Una vez completada la evaluación, se elabora un informe psicopedagógico que resume los hallazgos y proporciona recomendaciones concretas. Este informe no solo se dirige a ti y al profesorado para que podáis diseñar una respuesta educativa adecuada, sino que también se comparte con la familia para que puedan entender mejor las necesidades de su hijo/a. Las recomendaciones pueden incluir estrategias específicas para fomentar el aprendizaje, adaptar el currículo o proporcionar recursos adicionales que ayuden al alumno o alumna a alcanzar su máximo potencial.
7º Comunicación a las Familias: La comunicación con la familia debe ser clara y comprensible. Tú, junto con la persona orientadora, os reuniréis con la familia para presentar los resultados de la evaluación psicopedagógica. En esta reunión, donde explicaréis las conclusiones y medidas educativas que se implementarán para apoyar a su hijo/a. Además, ofreceréis orientación sobre cómo pueden ayudar en el hogar, sugiriendo actividades o enfoques que fomenten el desarrollo de las altas capacidades y contribuyan a al bienestar emocional y académico del niño/a.
8º Información al Equipo Educativo: La persona orientadora también tiene la responsabilidad de informarte sobre las conclusiones de la evaluación psicopedagógica. Durante esta etapa, te presentará las estrategias a seguir para garantizar que el alumno/a reciba la atención adecuada en el aula y te ofrecerá orientaciones sobre cómo adaptar la enseñanza y las actividades para satisfacer las necesidades del alumno/a con altas capacidades, asegurándose de que tengas las herramientas necesarias para facilitar un entorno de aprendizaje inclusivo y enriquecedor.
9º Implementación de Medidas Educativas: La dirección del centro es responsable de implementar las medidas educativas recomendadas en el informe psicopedagógico. Como, por ejemplo, la creación de grupos de trabajo diferenciados, el acceso a materiales específicos y la formación del profesorado para atender de manera efectiva al alumnado con altas capacidades.
10º Seguimiento y Evaluación Continua: Finalmente, para asegurar que las medidas educativas implementadas son efectivas, tú y la persona orientadora realizaréis un seguimiento regular del progreso del alumno/a. Valorando tanto los logros académicos como el bienestar emocional y social. Se programan reuniones periódicas para revisar la efectividad de las estrategias adoptadas y ajustar las intervenciones según sea necesario. Este proceso de seguimiento garantiza que el alumno reciba el apoyo continuo que necesita para desarrollar plenamente sus capacidades.
Si deseas convertirte en ese profesor o profesora capaz de marcar la diferencia y saber responder a las necesidades de tu alumnado con altas capacidades te invito a matricularte en nuestro Curso de Altas Capacidades: Detección e Intervención Educativa en el Aula. Este curso te proporcionará las herramientas necesarias para detectar y atender adecuadamente a estos/as alumnos/as que tienen tanto que ofrecer, asegurando que todos/as reciban el apoyo que necesitan para alcanzar su máximo potencial.
Al final del día, tu papel como docente va más allá de transmitir conocimientos.
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